Una cosa os tenemos que dejar clara: no creemos que esta encriptación sistemática de la locución sea fruto de la ineptitud y casi nos duele más la vaguedad, la dosis mínima de información y una imperdonable confusión entre la elipsis y el hachazo desmedido. Son elementos probablemente usados con plena autoconsciencia, que enmascaran cierta insostenibilidad […]
